miércoles, 4 de julio de 2007

ROMAYO Y EL EX-ALCALDE DE ARES, SE VAN DE VACACIONES

CARTA AL EX-ALCALDE DE ARES

Estimado señor Ex-Alcalde:
También, igual que tú yo me voy de vacaciones. A VOZ DE CHANTEIRO me acaba de dar vacaciones, porque dice que ahora ya no rindo como antes.Y la culpa, en parte la tienes tú, mi estimado Ex-Alcalde. No rindo como antes porque se me agotaron los temas. Se me queda la mente en blanco, me acabas de dejar huérfano de noticias de corrupciones, prevaricaciones, rumores y sucesos curiosos que venían constituyendo ya “el pan nuestro de cada día”.Lo último fué lo de las cuentas estilo Gran Capitán, con carta personalizada y todo a los súbditos. ¡Que buen detalle!
Ah! y lo del bastón, también personalizado. ¡Que maravilla!. Consérvalo bien en la caja de taracea, junto con los demás trofeos.

No sé porqué la gente se escandaliza con esas cosas. Ya debían estar curados de espanto.... Además, sabiendo de que pié cojeabas, pues ..... necesitabas también la ayuda de un bastón.
No sé si es de la pierna o de otra cosa, pero me enteré de que estabas de baja por enfermedad.

Bueno, pues no te preocupes echa el tiempo que necesites hasta ponerte bueno y despues cuando te den el alta, aun coges las vacaciones.Yo lo tengo peor, porque me obligaron a cogerlas ahora aunque el tiempo no está aún muy bueno. La culpa fue tuya por no ganar las elecciones y así teníamos cuerda para rato para comentar en A VOZ DE CHANTEIRO.
¡Qué envidia me dás!. Ahora ya se te puede hablar directamente sin pedirte audiencia y te dirán Manolo a secas. Te dirán que ahora a descansar, que trabajen otros. Y tú dirás que ya lo sabías, que ese puesto era de paso, para trabajar por el pueblo y que la verdad es duro, porque despues ni te lo agradecen.

Pero fastidia algo el que te quiten de la Alcaldía, por las cosas de los votos, pica un poco. Ahora que ya le cogieras el tranquillo, no le hacías caso a nadie y con despacho y edificio nuevo. Pero todo tiene su lado bueno y si no se lo buscamos. Somos fáciles de conformar.
Ahora es mejor que le llamen a uno por su nombre sin tapujos y volver con los amigos sin que estén todo el rato con lo de señor alcalde para arriba y para abajo.

Lo del sillón es otra cosa. Cuando estabas sentado a solas por las tardes sin ningún concejal que te diera la paliza con problemas, filosofabas y en tus meditaciones tenías las más brillantes ideas, hasta te entraba el regusto por los bajos y comprendías eso del erotismo del poder.

Bien, pues ahora ya es otra cosa, podrás ir a Casa Parrando, al Bar de Maricha o al de abajo a tomar los vinos sin que cuando entres te digan "que tal señor alcalde", por el contrario ahora te dirán "lo siento Manolo pero no pudo ser" y tú respondes :"No, si esto era una etapa más en mi vida. Estas cosas son transitorias, ahora que apechugue otro". Para tus adentros, para tus entretelas te estarás diciendo "bien que me han jodido los contrarios", porque siempre cree uno que le joden los de la orilla de enfrente, cuando en realidad son los de la casa, que entre codazo y codazo, entre dimes y diretes y entre nuevas alianzas han fastidiado el que no sigas alcalde.
Pero bueno ahora a vivir que son dos días. ¡Qué buenos amigos has hecho durante tu mandato! Perdona, me he equivocado, rectifico, "qué buenos conocidos interesados has hecho", porque los amigos de siempre ahí están, hasta algunos puede que se les haya caído el "siempre". Y lo de volver a trabajar, eso es otra cosa. Haber si aparece un "choyo". Te encuentras con tus viejos compañeros: "qué tal, otra vez aquí, ahora a reciclarte". Y tú los observas con algo de cabreo. Lo de estar en el sillón te ha hecho un hombre de contactos, vale un potosí, más de lo que tú te piensas, es como una indemnización por despido.

Pero a ti te hubiese gustado continuar, con las buenas ideas que tenías y se te han quedado en el tintero, pero siempre te quedaría la oportunidad de comentárselas al oído al nuevo, si fuese de tu partido, pero como es del contrario, ya sé que al enemigo ni agua. Bueno señor ex alcalde, disfrute de su nuevo estado como señora primeriza.

Muy cordialmente,

Romayo de Chanteiro

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